De instantes, días y tiempos.

Donde muchos vemos un paisaje que nos ayuda a descansar y vivir en paz otros ven una puerta para sobrevivir. En estos días hemos visto las imágenes de un mar lleno de personas buscando una salida. Sabemos que una persona ha jugado con ellos, sus ilusiones y su futuro para castigar a España. Hemos visto como temblaban las personas al llegar a la orilla y hemos visto que había otras personas en la orilla para ayudar. Hemos visto a militares y voluntarios de Cáritas, todos ellos personas, trabajando, sirviendo, ayudando, incluso en un caso abranzando a quien llegaba llorando pensando que su amigo, otra persona, había muerto. No hemos visto violencia.   Duele la decisión del rey de Marruecos y duele que haya personas que han enviado mensajes amenazantes a la voluntaria de Cáritas, la del abrazo. He aquí la violencia, el odio y el miedo. Ha habido otro tipo de mensajes que no merecen una línea en mi espacio.  Sabemos en qué mundo vivimos y en qué país vivimos. Un país lleno de personas di

Esta entrada no tiene imagen relacionada con el tema. Cada uno que ponga la suya. Su imagen o su cicatriz. Las cicatrices son partes de nuestra historia, capítulos que hubiéramos preferido no vivir pero que una vez aceptados podemos aprovechar para aprender, aprender a conocernos más, aprender a ser mejores... Incluso aprender a vivir mejor. Ya veremos, todavía es pronto.   Una cicatriz te puede hablar de mucha gente que te quiere, que ya sabías que tenías y tienes y que sabes al cien por cien que siempre van a estar, pero la cicatriz le da una vuelta a todo y te pone en el centro de su amor. Te puede descubrir tu capacidad para romper barreras que tenías en relación a tus propias posibilidades en dimensiones insospechadas. Te dice al oído una y otra vez que te tienes que cuidar y que mereces ser cuidada, que te lo puedes y debes creer... Sería mejor descubrirlo sin la marca que dejan, pero esa misma marca puede ser a partir de ahora el recordatorio de muchos motivos de agradecimiento.