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Mostrando entradas de diciembre, 2017

Propósitos de año nuevo

Tengo que reconocer que no creo en los propósitos de año nuevo tal y como yo los he aprendido: tener más paciencia, madrugar para hacer algo bueno que no hago, trabajar menos... Para otros los propósitos son dejar de fumar, ir al gimnasio... Pero los propósitos así expresados suelen ser ataques personales contra uno mismo porque se basan en la obligación sobre algo que está en la raíz de nuestro ser, el deber, y suelen acabar en frustración. Yo creo más en los deseos de año nuevo. Cuando yo lo deseo me pongo en contacto con mi corazón. Puedo hablar con mi deseo, decirle el motivo por el que le quiero en mi vida, priorizar sin prisas los pasos que sé que puedo dar para estar mejor ( una conversación pendiente, reorganizar mi tiempo para que quepa algo que me ayuda a descansar, hacer una llamada para dar un paseo renunciando a todo lo que en ese tiempo podría "hacer"...). Mi deseo puede ayudar a otros a encontrarse con sus propios deseos. Sin tiempo y sin obligación. Optar po

Tiempo a secas

Va la tercera entrada dedicada al tiempo. La teoría nos la sabemos todos, unos mejor que otros, pero la práctica la suspendemos una y otra vez. Cuando llevas cuatro días de vacaciones y sigues sintiendo que no tienes tiempo... Has suspendido. Cuando apuntas en la agenda con el mismo color e intensidad lo que tienes que hacer de trabajo y las personas con las que tienes que quedar por placer... Has suspendido. Cuando estás viviendo lo normal de tu vida en estas fechas y lo que pesa es el deseo de vivir todo de otra manera más práctica, organizada... Has suspendido. A veces las notas llegan más tarde. Habrá que intentar recuperar antes de que acaben las vacaciones, por el bienestar personal... Y el de los demás.

Acoger la realidad.

"La realidad no se cambia por decreto. Para cambiar la realidad hay que abrazarla." Augusto quiso conocer datos reales de sus plebeyos y les obligó a ir a censarse. Dios quiso darse a conocer a sus hijos y se puso en camino para compartir su realidad. La obra de Augusto y su influencia duró unos años. Las consecuencias de la vida de Jesús de Nazaret se siguen contando. Augusto obligó. Jesús abrazó la realidad, la hizo suya... Y la transformó. La realidad de nuestra vida cotidiana no se puede cambiar por mucho que nos esforcemos en poner codos, voluntarismo y obligaciones. Lo cotidiano hay que acogerlo, abrazarlo, conocerlo y, desde ahí... transformarlo.

Pesebre y cruz.

Es tarde, muy tarde. Tengo delante de mí la imagen de un niño Jesús y la cruz. Están bien estando cerca. No hay tanta diferencia entre nacer sin casa siendo inmigrante y morir fuera de la ciudad como excluido. ¿Qué mantiene al ser humano vivo en ambas situaciones? El amor. El amor de quien te abriga y te educa, el amor de quien permanece hasta el final, el amor de los ángeles que nos encontramos por el camino. Es un amor que arriesga, que no tiene miedo... O que tiene miedo pero lo supera porque sabe que si no arriesga no va a vivir plenamente. Es un amor que arriesga y que se equivoca a veces, pero prefiere seguir arriesgando para poder seguir aprendiendo. Es un amor que arriesga y sufre cuando sabe que no puede hacer nada o cuando no sabe y no debe  preguntar, pero prefiere seguir arriesgando porque sabe que si sufre es porque quiere y cuando se quiere se sabe esperar y sabe soportar preguntas sin respuesta. ¿Qué mantiene a un Dios hecho hombre vivo en ambas situaciones? El mismo a

Personas.

Ha terminado un trimestre diferente. Cuando durante el verano cambia algo fundamental y fundante de tu vida tienes la sensación de tener que volver a aprender a vivir lo de siempre porque ya no es lo de siempre ni tú eres la misma. El mundo y la vida han cambiado. Haciendo balance la mezcla de sentimientos y situaciones ha sido interesante y muy pedagógica; También dolorosa, pero es parte de la vida. Como siempre, me quedo con las personas: las que siempre están, las incondicionales, las que escuchan, abrazan, las que en la lejanía se hacen tan presentes que parece que las viste ayer, las que en la cercanía han tenido el tiempo necesario para estar (no tiempo de cantidad sino de calidad)... Cuánto amor, cuánta cercanía, cuánta ternura en la mirada... Me quedo con las personas y también con los aprendizajes. A veces hay que llegar a tocar fondo para volver a situarte en tu propia vida, dar un golpe en la mesa y ponerte en pie, descubrir que una situación dolorosa te puede hacer recuper

Abrazo

Yo no sé cuántos abrazos dicen que hay que dar o recibir al día. Yo prefiero pocos pero de verdad. Les hay de acogida, de los que dicen "qué bien que estés aquí", de despedida que quieren decir "qué bien que nos veremos pronto"... Y están los inesperados, imprevistos, llenos de agradecimiento y cariño que te abrigan el alma para el resto de la semana (por lo menos).

Fin de trimestre

Cuanto más corrijo más sensación tengo de que el taco de exámenes aumenta. Cuanto más zumo tomo más estornudo. Cuando suena el despertador me duermo y cuando le programo por la noche me despejo. Cuando cierro la agenda me acuerdo de algo que no he hecho y no he apuntado. Cuanto menos queda para vacaciones más sensación tengo de que no llego. Cuanto más cansada estoy más me río y cuanto más me río más me canso. Cuanto menos me concentro más miro el móvil y cuanto más miro el móvil más me desconcentro. Sería mejor no saber que estamos cerca y llegar cuando menos nos lo esperamos.

Hacer y ser.

Esta semana hemos sido testigos de cómo alguien puede darse hasta el extremo y de que es difícil darse más. Has trabajado más de doce horas diarias, has cumplido con tus obligaciones fuera del trabajo, has salido al paso de imprevistos (porque en todas las semanas que parece que ya no cabe nada más aparece algo con lo que no cuentas)... Y llega el viernes y te das cuenta de todo lo que queda por hacer y a lo que te dedicarás el fin de semana. En cuestiones de "hacer" es lo que hay (al menos eso parece) y es difícil cambiarlo. Pero... ¿Cómo te ves en cuestiones de "ser"? ¿Te has dado la enhorabuena por todo lo que has sido capaz de sacar adelante y por la manera en que lo has hecho? ¿O sigues echándote en las espaldas que no has llegado? El hacer pueden imponérnoslo pero el ser no. Lo que has hecho lo podrían haber hecho otras personas pero el cómo lo has hecho, lo que tú eres... En eso no eres sustituible, te lo aseguro. Cómo me gustaría que lo tuvieras en cuent

Emociones

Esta Navidad va a ser diferente. Aunque tendremos de todo, contaremos con todos, comeremos de todo... el hecho de que faltes tú hace que la sensación sea "nos falta todo". Hace ya tiempo que la gente se felicita por las calles y yo me pregunto "qué prisa tendrán si todavía queda medio mes?". No sé, quizá este año recuperemos algo del sentido real y único de esta celebración: un Dios que se hace bebé, que necesita todo de todos para vivir, que no tiene nada... un Dios que asume todo lo humano para salvarlo, pasa por lo mismo que nosotros, incluida la muerte, y nos comprende y abraza en todas las situaciones porque sabe perfectamente dónde y cómo estamos. Ya lo decía San Ireneo "lo que no se asume, no se redime". Y lo que no se redime, pesa, pesa mucho. Por eso este Dios es un  Dios-con-nosotros y nos recuerda que en todo lo que vivamos somos, al menos, dos para llevarlo. Con todo, a mí últimamente se me mueve algo. Me da la sensación de que no nos vas a fa

Empatía

Cuando una se siente acompañada por alguien que ha pasado por lo mismo por lo que estás pasando no hay forma humana de agradecerlo. No hay que explicar mucho porque se entienden las miradas y las expresiones antes de que lleguen las palabras. Cuando te encuentras con alguien que está pasando por lo mismo que has pasado te resulta extraño que te den las gracias. Lo normal es conseguir que te sientas tan cuidado como yo me he sentido en su momento. Las cadenas de cuidado son uno de los gestos de humanidad más bonitos: yo acudo a mis recuerdos para ponerlos a tu disposición y ayudarte a preparar el camino. Un camino que, en parte, tendremos que recorrer solos, pero que seremos capaces de andar porque otros nos han ayudado a dar los primeros pasos.

Insomnio y tormenta.

Hoy no hay manera de conciliar el sueño. Me he levantado para ver por la ventana el espectáculo de la tormenta. Supongo que en otros lugares será más fuerte. Aquí, en Burgos, no es peor que otras de otros inviernos al menos en lo que yo puedo ver. Con todo, el ambiente está revuelto: llueve, el viento sopla con fuerza,   su sonido impresiona bastante. Recuerdo de golpe que con tantos días de fiesta no he organizado las actividades de la semana. Enchufo el móvil y pierdo la poca serenidad que se tiene cuando no se puede dormir. Compruebo que todo está en orden, contesto algunos correos y recupero un poco de paz. Pero no puedo dormir y sigo oyendo el ambiente revuelto. Me acuerdo de los refugiados de Siria y el frío se me mete más dentro todavía. Tendrían que estar como yo, contemplando el invierno detrás de la ventana en vez de temiendo que se les caiga la tienda con cada tormenta. No hemos sabido hacer las cosas bien. No hemos conseguido que lleguen tampoco este año. Mientras, seguim

Sin domingo

Si eres de esas personas que disfrutan del domingo como si no hubiera un mañana, esta entrada no te va a aportar nada. Si eres de esas personas que pierden el domingo pensando en el lunes o en la semana... puede que hasta esta entrada te mosquee. Déjame recordarte que sólo existe el instante del domingo que estás viviendo. Es más, déjame recordarte que el concepto de semana tal y como lo piensas es un fantasma. De hecho, no existe la semana, sólo citas en la agenda. ¿No te das cuenta que al darle tanto poder terminas el domingo (o empiezas el lunes) ya cansado, condicionado, agobiado...? Sólo existes tú. Existirá cada paso que des cuando empieces a darlo. Existirán encuentros con personas que te pueden sorprender (los encuentros y las personas). Existirá tu manera de enfocar cada día (no todos los días juntos)... Igual que en el domingo. Cada día existirá para ti si tú decides disfrutar los momentos que te regale. Existirá contigo o sin ti. Tú decides.

Casa

Mi casa está en tu corazón. Tú corazón está en el de tantos que comparten su vida, que la viven desde la alegría, que acogen la tristeza como parte de un todo y no se quedan en ella, que se levantan ayudando a otros a levantarse, que acompañan y se dejan acompañar.  Mi casa está en tu corazón y tú corazón está en tantos lugares a los que se llega y de los que una se va, pero no se va como se llega porque ya tiene más rostros, más vida. Mi casa está en tu corazón. Por eso yo no tengo que entrar en casa. Tengo que salir con mi corazón de nómada al encuentro de otros en los que encuentro mi hogar.

Lo de siempre

Cuando me busco escribo para mi. Cuando me busco escucho desde mi necesidad de dar. Cuando me busco ayudo desde mi manera de hacer las cosas. Cuando me busco mido las palabras y no arriesgo. Cuando me encuentro escribo para vos. Cuando me encuentro escucho tu necesidad, tu dolor, tu vida. Cuando me encuentro ayudo teniendo en cuenta tu manera y tus modos. Cuando me encuentro hablo sin miedo porque no tengo nada que perder y sí mucho que querer.

Niebla

Mientras tomo distancia la niebla cubre la carretera. Sé dónde voy pero no veo el horizonte.  Sé con quien voy pero no veo su rostro. Sé quién  me espera a mi regreso pero la niebla también me impide verlo.  Ella me enseña  lo inmediato, lo cercano. Tiene su encanto. No importa lo que  yo vea porque todo existe dentro y más allá de la niebla.

Adviento.

No quiero que mi fe consista sólo en saber dónde estás tú y quién eres. Por mucho que sepa no lo llegaré a saber todo. Quiero que mi fe se base en creer que tú sabes dónde estoy yo, cómo estoy y quién soy. Si tú lo sabes yo lo conoceré más. Fe en que me esperas, vienes a mi encuentro y me acompañas, en el momento en el que estoy, a ser cada vez más quien estoy llamada a ser. Si tú me acompañas llegaremos a más (lugares, personas, sentimientos, sueños, melodías...).

Brujas y santas.

Puede parecer más un título de carnaval y de edad media que de siglo XXI en Adviento, pero ambas dos... "Haberlas, haylas"... Y las ha habido durante toda la historia. Ni las santas son tan buenas (de hecho les mola aparentar dureza), ni las brujas tienen que ser malas (aunque si intuyen que les consideras hadas se mosquean un poco). Ni idea de lo que hablo, verdad? Hablo de las amigas, de la amistad de verdad. De esas amistades en las que hasta cuando te echan una bronca sabes que es porque te quieren.  De esas amistades en las que para algunas cosas tienes que esperar, porque no vas a pisar terreno sagrado sin descalzarte y mucho menos vas a dar un paso invasor sin permiso, pero esperar... Esperas y esperarás sin límite de tiempo porque hay toda una vida por delante y el ritmo de cada vida es realmente sagrado. De esas amistades que te ensanchan el corazón porque consiguen hacerte reír con ganas y a las que disfrutas viendo y haciendo reír. Si, claro, también se comparte e

Invierno

Estos días de otoño ya parecen invierno. Son días fríos y la sensación no es de otoño. Pero lo que es, es, y el otoño sigue ahí en pequeños rincones con colores menos vivos pero todavía presentes. La propia naturaleza nos recuerda que, incluso en los días de invierno más fríos y oscuros, hay brotes de belleza. ¿Dónde quedaría, si no fuera así, la ilusión por ver nevar? ¿Qué sería, sin el frío, de esas sensaciones tan acogedoras del calor alrededor de un chocolate caliente (o un vinito) rodeados de buena gente?. Ante el frío y la oscuridad, el cansancio del día a día que nos lleva corriendo a través de las manecillas del reloj, ante el tedio que puede traer lo cotidiano (cada cual que elija o proponga lo suyo)... el secreto está en mirar hacia fuera, hacia lo que (o quien) solemos dejar a nuestra espalda, y poder ver los brotes de vida que están deseando mostrarnos toda la belleza que no somos capaces de ver. Si es de Dios, nevará. Y, si es de Dios, pasarán otras muchas cosas buenas,