Hasta luego, hermana.
Hay personas, de esas que pasan por la vida haciendo el bien, que te da pena que no pueda conocer todo el mundo. Esas personas tienen límites y "defectos" pero no dejan que esto sea un muro sino que lo asumen en su mochila llena de humanidad y ponen todo lo que tienen y son al servicio de la vida y de las personas con las que lo comparten. Personas que optan por servir y no por que las sirvan, que saben de sus derechos pero también de los derechos de los demás y luchan por ellos, que no olvidan sus deberes y sobre todo el de cuidar al prójimo. Viven así porque no sabrían vivir de otra manera y lo hacen de una forma discreta, cuidando lo sencillo, los pequeños detalles, arriesgando la palabra (pero la palabra oportuna que suele ser breve y adecuada), intentando pasar desapercibidas... Y de esta manera transforman el mundo en el que viven, el suyo y el de los demás. Así has sido tú, compañera. Pude disfrutarte en mi época de formación en la Congregación. En esos años tuve muc