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Mostrando entradas de 2019

Lo que se espera y, a veces, desespera.

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Hay esperas y esperas. Hay esperas que nos mueven a salir al encuentro de lo que esperamos y otras que nos paralizan mientras se producen porque tienen un tinte de miedo y de duda. Hay esperas absurdas como la llamada que no va a producirse, la que va a producirse y no queremos que llegue, la respuesta o el mensaje de whatssap que siempre queda sin contestar, el cambio personal que nunca conseguimos por más que lo intentemos... Estas esperas nos quitan energía y si lo pensamos bien les damos una prioridad que no tienen porque en el fondo no nos jugamos nada ya que forman parte de una realidad mucho más grande, más rica, más bella, más buena como puede ser la amistad y la propia realidad personal con sus luces y sus sombras. El problema es que cuando le dedicamos tanto tiempo a esas esperas nos desesperamos y dejamos de esperar, vemos fantasmas donde no los hay y se nos pasan por alto otras realidades que la vida nos pone delante para disfrutarlas. Hoy he lanzado una piedra de la play

Zaqueo, baja.

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Zaqueo no era malo por ser recaudador de impuestos. Era mal visto porque se enriquecía a costa de su oficio. Acumulaba beneficios y perdía afectos. Por eso se subió al sicomoro para ver a Jesús desde arriba sin esperar que Jesús le viera a él desde abajo. Se subió porque andaba buscando lo que su oficio y su ambición no le daban. Se subió porque era bajo de estatura, no sabemos si también porque se sentía bajo como persona. Fuera como fuera, con sus beneficios, sus pocos afectos, desde arriba o desde abajo, vacío o con los bolsillos llenos, siendo bajo o cayendo tan bajo... Ahí estaba Zaqueo como nosotros cuando acumulamos más de lo que es nuestro, incluso responsabilidades y ansiedades; Cuando robamos, sí, robamos paz a los que menos paz tienen porque escuchan siempre y a todos; Cuando pretendemos y exigimos (aunque no lo digamos pero lo esperamos) tiempo a los que menos tiempo tienen porque suelen darlo todo; Cuando ante la falta de comunicación llenamos nuestros bolsillos de miedos

También el "aquí".

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Desde la terraza de mi edificio se ve mucho horizonte, se ven todas las casas del barrio, se oye el ruido del tráfico, la gente... Miles de vidas en poco espacio. Miles de vidas con muchas nacionalidades. Un mundo por conocer. Desde la terraza de mi edificio se ve el cielo, el atardecer, la luna... El mismo cielo, el mismo atardecer, la misma luna que veis vosotros. Vivir aquí pero mirando hacia allí. Vivir ya pero todavía no. Vivir yo pero no toda entera. Vivir con unos sin querer o poder renunciar a otros. Vivir soltando pero no abandonando. Vivir bajo el mismo cielo, la misma luna, el mismo sol a pesar de la distancia. Una distancia que sólo tendrá sentido si somos capaces de llenar de sentido el ahora... Pero también el "aquí".

¿Qué habéis hecho con nuestro voto?

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El ejercicio de la política tiene sus propios movimientos, pero ninguno habéis sabido hacerlos. Unos no habéis sabido pactar, otros no habéis sido leales con la ciudadanía dejando que gobiernen los más votados... Mientras, tenemos que soportar opiniones excluyentes, medidas retrógadas, propuestas ilusionantes falsas... Claro que vosotros no perdéis nada porque las elecciones las pagamos nosotros. Todo un dineral que no va a ir a las personas en paro con una familia que mantener. En paro, quizá por no haber sabido hacer su trabajo, como vosotros. Un dineral que no va a ir a mejorar las condiciones de vida de los inmigrantes que acogemos y que necesitamos aunque muchos se nieguen a verlo (cuando no haya quien trabaje en este país porque estemos todos jubilados, a ver qué dicen). Inmigrantes, quizá por salir de situaciones sin democracia, ese sistema político del que os estáis aprovechando vosotros. Un dineral que no va a destinarse a salud, ni educación, ni ciencia... Ni sabéis a quién

Noticias sin noticia

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Media hora para hablar de las elecciones. Media hora para hablar de colegios, hora de los votantes, lugares donde se vota, color de los sobres, número de sobres, número de eurodiputados, volver a los colegios, a la hora en la que han votado otros, voluntarios en las mesas, obligados que no se presentan al trabajo de las mesas. Media hora para escuchar más a los mismos. No hay más noticias. No ha pasado nada hoy trascendente en Europa, en el mundo. Nada porque quizá no ha cambiado nada y por eso no hay que informar. Media hora sin guerra (las hay en Siria, en Afganistán, en Sudán del Sur, en México por la droga...), media hora sin inmigración ni refugiados (los que salen de las guerras que no cambian), media hora sin derechos sociales a conquistar en Europa (o simplemente en España donde, por ejemplo, en Granada hay todo un barrio sin luz desde hace mucho y poca gente se entera), sin derechos sanitarios y sin reivindicaciones de más inversión en investigación para la salud y la ciencia

Euroceguera

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Un festival de música en un país en el que se está viviendo una guerra contra un pueblo es una locura. Que tenga que desarrollarse ahí porque las reglas del concurso lo impongan, vale. Que lo sigamos viendo como si fuera un año más... No vale. No todo vale. Ayer, al ver Eurovisión, estábamos dando la espalda a tantos palestinos asesinados, sin hogar, sólos, y a tantos israelitas que luchan por la paz. No existen los oasis de conciencia en estos casos. En una sociedad en la que los números sí importan ayer ganó por goleada el número de personas que estaba dentro olvidando así la realidad que hay fuera. O relativizándola, que para el caso es lo mismo. O disociando el festival del horror que están viviendo, que es peor. Si estamos en contra de la guerra, que se note; Si estamos en contra de los genocidios, que se note; Si estamos en contra de la pobreza, que se note. Uno más sí que cuenta. Igual que uno menos. Imagen de Mojca JJ en Pixabay

Madurez para dialogar

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En estos días de elecciones se nos abre la posibilidad de dialogar desde nuestros pensamientos, ideologías, mentalidades... Es un tiempo adecuado para hacer justo lo contrario a lo que hacen los políticos: sentarnos, escucharnos, entender desde dónde habla el otro... Pasar de la distancia y el monocolor a la cercanía y el multicolor. Una conversación en profundidad, desde el respeto y la escucha, nos enriquece, nos ayuda a conocernos más y a dejar los miedos a un lado. Esto no suele ser lo más habitual. Nos da miedo debatir, posiblemente, porque no leemos lo suficiente como para argumentar nuestros criterios y pensamientos y nos asustamos cuando encontramos a alguien que es capaz de hacerlo. En estos casos, a veces, ante la ausencia de recursos acabamos tachando todo de mentira, atacando personalmente o pidiendo que se ataque a otros... En vez de explicar el motivo por el que no estamos de acuerdo. Otras veces sabemos más lo que no queremos que lo que queremos... No es fácil. Voy a

Hay templos... y Templos.

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Cuando vi el incendio de la catedral de Notre Dame me estremecí. El arte me gusta y me habla y creo que la historia, conservarla y comprenderla, es vital para las personas, las naciones y las civilizaciones. Pero a los dos minutos de ver las llamas mi mente le preguntó a mis entrañas: ¿te has dado cuenta de que no te estremeces así cuando ves noticias en relación al sufrimiento de las personas? ¿Acaso no se queman ilusiones, esperanzas, sueños e incluso voluntades en Haití, en los campos de refugiados, en las fronteras, en Sri Lanka...? En ese momento entendí que no era cuestión de flagelarme porque lo que veía afectaba a mi sensibilidad y era lógico, pero me guardé las preguntas. Ahora las convierto en oración: "Señor, resucita la parte de mi humanidad que se ha dormido, la que se ha rendido a la manera de recibir la información tal y como nos la dan, a la manera de tragar las imágenes tal y como nos las sirven plato a plato, ración a ración... La parte de mi humanidad que se

Cristianismo y política

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Esta foto de Noticieros Grem de México se la dedico a los políticos españoles que no tienen reparos en proclamarse cristianos y, con las mismas, proponer políticas contra la inmigración (los de la foto son refugiados de diferentes religiones). También a los que quieren hacer campaña a costa de las celebraciones cristianas de Semana Santa. El Evangelio no pertenece a ninguna ideología, no cabe. Por eso "habemos" cristianos de muchos partidos diferentes. Con el Evangelio en la mano no podemos condenar ni excluir a nadie. Lo de Dios es una manera de vivir y tratar a los demás, no de hablar por hablar. Si de verdad queréis meter en vuestra campaña la fe en el Dios de Jesús empezad por asumir otras actitudes y otros argumentos. Si no... Centraos en la política, por favor.

Carnaval

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La máscara comprada me la quito hoy en cuanto entierre a la sardina. Lo que no sé es qué hacer con las otras: La que no me quito por si no gusto. La que me pongo para esconderme. La que creo que me sirve para que me quieran. La de aparentar lo que no soy. La que me quita visión para no afrontar las cosas. Un día de estos me las quito todas y que pase lo que Dios quiera.

La verdad no es lo yo creo.

Trump denuncia la violencia de Venezuela mientras levanta un muro y separa a menores de sus padres. Maduro no alimenta a su pueblo mientras Venezuela ha vendido petróleo a menos precio a Haití. El presidente de Haití, Moïse, desvía el dinero del petróleo de su pueblo mientras les sube el precio de los productos básicos. Es una lectura más de las muchas que se pueden hacer. Lo que está claro es que a Trump no le importa la democracia de Venezuela sino su petróleo, que a Maduro no le interesa la solidaridad con Haití y que la excusa de Moïse para no dejar el poder por el miedo a que se repitan posibles gobiernos que dañen al pueblo es un insulto a los ciudadanos. Y mientras parte de España hoy mira a Waterloo, otra parte se "apropia" de los derechos de autor del Evangelio y lo traiciona excluyendo a todos los diferentes, y la mayoría... La mayoría nos hemos olvidado ya de los campos de refugiados sirios. Así se escribe y se vive la historia.

Protesto y pido la palabra

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En estos días marcados fundamentalmente por el juicio del procés y por la situación de Venezuela, protesto. Protesto porque hay muchas más noticias, más vida y más muerte allá de estas situaciones. Protesto porque quiero oír otras cosas y no quiero que me "obliguen" a escuchar siempre lo mismo (y lo que nos queda). Protesto y pido la palabra. Pido la palabra por Haití, país al que no llega ayuda humanitaria. País que no le interesa a Trump ni a Europa porque no tiene el petróleo de Venezuela (a ver quién se cree a estas alturas que la intervención en Venezuela es sólo humanitaria). País en el que no se plantea ningún tipo de intervención. País que no existe para casi ningún medio de comunicación. Pido la palabra, me callo y se la cedo (Para más información, de la buena, libre de intereses, buscad en internet: diario libre Haití, medio al que pertenece esta foto).

Conscientes de vivir

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Para este nuevo año nos deseo que podamos ser conscientes (también lo quiero para mí). Ser conscientes de cada instante antes de que se nos pasen los días, de lo importante que es relativizar para poder priorizar lo bueno y valioso (de los acontecimientos y de las personas), de nuestra tristeza para descubrir en ella todo el amor que hay, de la belleza de la luz del sol para poder recordarla en la noche, de la belleza de la luna para poder compartirla cuando parece que el día ya no tiene nada más que ofrecernos, de que seguimos respirando para no ahogarnos en días complicados, de que todo lo que pasa no me pasa a mí, de que sabe mejor la compañía que la cerveza, del sentido de lo pequeño que nos pasa para poder entender los grandes acontecimientos... Ser conscientes para vivir la vida dándola sin que nadie nos la quite (Jn 10, 18).