Hasta luego, hermana.

Hay personas, de esas que pasan por la vida haciendo el bien, que te da pena que no pueda conocer todo el mundo. Esas personas tienen límites y "defectos" pero no dejan que esto sea un muro sino que lo asumen en su mochila llena de humanidad y ponen todo lo que tienen y son al servicio de la vida y de las personas con las que lo comparten. Personas que optan por servir y no por que las sirvan, que saben de sus derechos pero también de los derechos de los demás y luchan por ellos, que no olvidan sus deberes y sobre todo el de cuidar al prójimo. Viven así porque no sabrían vivir de otra manera y lo hacen de una forma discreta, cuidando lo sencillo, los pequeños detalles, arriesgando la palabra (pero la palabra oportuna que suele ser breve y adecuada), intentando pasar desapercibidas... Y de esta manera transforman el mundo en el que viven, el suyo y el de los demás.

Así has sido tú, compañera. Pude disfrutarte en mi época de formación en la Congregación. En esos años tuve muchos profesores, licenciados de teología, personas que nos formaban en la vida y la fe. Junto a ellas ahí estabas tú en la comunidad siendo maestra de la vida con tu manera de vivir. Cada vez que nos hemos encontrado a lo largo de estos 22 años ha sido un placer escucharte y abrazarte. Poder compartir estos últimos ocho meses en la misma casa ha sido un privilegio. Me salía hace un par de días echarte en cara que las cosas no se hacen así y que una no puede irse tan rápido, sin avisar... Pero no creo que se te pueda pedir nada más porque ya lo has dado todo.

Mil gracias. Ahora nos toca seguir a nosotras intentando dar gratis todo lo que tú nos has enseñado gratis.

Comentarios

E Suarez ha dicho que…
Comparto tus palabras. Una mujer dificil de olvidar. GRACIAS
Tete ha dicho que…
Preciosa reflexión sobre una buena mujer, hecha por otra!!! Gracias Debo

Entradas populares de este blog

Reyes como nosotros

Cimas

Alivio