Brujas y santas.

Puede parecer más un título de carnaval y de edad media que de siglo XXI en Adviento, pero ambas dos... "Haberlas, haylas"... Y las ha habido durante toda la historia. Ni las santas son tan buenas (de hecho les mola aparentar dureza), ni las brujas tienen que ser malas (aunque si intuyen que les consideras hadas se mosquean un poco).

Ni idea de lo que hablo, verdad? Hablo de las amigas, de la amistad de verdad. De esas amistades en las que hasta cuando te echan una bronca sabes que es porque te quieren.  De esas amistades en las que para algunas cosas tienes que esperar, porque no vas a pisar terreno sagrado sin descalzarte y mucho menos vas a dar un paso invasor sin permiso, pero esperar... Esperas y esperarás sin límite de tiempo porque hay toda una vida por delante y el ritmo de cada vida es realmente sagrado. De esas amistades que te ensanchan el corazón porque consiguen hacerte reír con ganas y a las que disfrutas viendo y haciendo reír. Si, claro, también se comparte el llanto y la tristeza en estas amistades, pero lo que se descubre a partir de una edad es que la risa es lo fundamental (lo del llanto la vida te lo deja claro con el tiempo, pero mantener el buen humor...). Son esas amigas que, a pesar de tener ritmos de vida muy diferentes, encuentran mundos alternativos para comunicarse (alternativos, que no paralelos, porque después de compartir se vuelven a cruzar las miradas y cada vez se "ven" mejor).

Ya lo habéis entendido, verdad? Seguro que conocéis por ahí a alguna bruja y a alguna santa. Si no, mirad bien... Porque haberlas, haylas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Reyes como nosotros

Cimas

Alivio