Ganar en libertad (frente a la utopía de ser totalmente libre)
Ganar en libertad paso a paso y para ello ser consciente de lo que nos lo impide.
Ganar en libertad respecto a nuestra conciencia y consciencia de estar con quien estamos y podemos acariciar, y no con quien nos interrumpe ese momento por medio de una señal acústica en el bolsillo.
Ganar en libertad respecto a nuestra propia mente prohibiéndola recordarnos lo que no vivimos o lo que no somos como algo que nos lleva a la insatisfacción, al mundo de las renuncias.
Ganar en libertad frente a nuestros miedo a no poder vivir "sin" ni "con" (llegará el "sin" y seguirás viviendo) ... Miedo al futuro o miedo a lo que fue y todavía no entiendo que ya no es.
Ganar en libertad ante mi misma cuando no me veo capaz o le doy demasiado peso a lo que me ralla.
Ganar en libertad incluso frente a Dios cuando distorsiono su imagen y vivo como si él me quitara libertad.
Y para ganar en libertad pedir fuerza para vivir las prioridades (esas que tenemos, deseamos y que no llegamos a vivir con coherencia): la prioridad del tú al que miro, acaricio y tengo cerca; la prioridad de atender a la señal acústica del bolsillo porque ese sí es el momento, te estaba esperando y me alegras el día; la prioridad de negar los pensamientos que me alejan de la realidad a no ser que sea por la opción de escucharlos para dar gracias por lo que sí existe y por nuestras opciones; la prioridad del aquí y ahora con lo que tengo y lo que me falta (y sin quien me falta), equilibrando agradecimiento y tristeza, esa que surge de haber amado y seguir amando mucho; la prioridad de salir de mí y ponerme al "servicio de" para, desde él, volverme a encontrar; la prioridad de arriesgarme a creer en un Dios que cree en mi y me quiere libre.
Ganar en libertad respecto a nuestra conciencia y consciencia de estar con quien estamos y podemos acariciar, y no con quien nos interrumpe ese momento por medio de una señal acústica en el bolsillo.
Ganar en libertad respecto a nuestra propia mente prohibiéndola recordarnos lo que no vivimos o lo que no somos como algo que nos lleva a la insatisfacción, al mundo de las renuncias.
Ganar en libertad frente a nuestros miedo a no poder vivir "sin" ni "con" (llegará el "sin" y seguirás viviendo) ... Miedo al futuro o miedo a lo que fue y todavía no entiendo que ya no es.
Ganar en libertad ante mi misma cuando no me veo capaz o le doy demasiado peso a lo que me ralla.
Ganar en libertad incluso frente a Dios cuando distorsiono su imagen y vivo como si él me quitara libertad.
Y para ganar en libertad pedir fuerza para vivir las prioridades (esas que tenemos, deseamos y que no llegamos a vivir con coherencia): la prioridad del tú al que miro, acaricio y tengo cerca; la prioridad de atender a la señal acústica del bolsillo porque ese sí es el momento, te estaba esperando y me alegras el día; la prioridad de negar los pensamientos que me alejan de la realidad a no ser que sea por la opción de escucharlos para dar gracias por lo que sí existe y por nuestras opciones; la prioridad del aquí y ahora con lo que tengo y lo que me falta (y sin quien me falta), equilibrando agradecimiento y tristeza, esa que surge de haber amado y seguir amando mucho; la prioridad de salir de mí y ponerme al "servicio de" para, desde él, volverme a encontrar; la prioridad de arriesgarme a creer en un Dios que cree en mi y me quiere libre.
Comentarios
Publicar un comentario
Si es posible, me encantaría que firmaras el comentario con tu nombre. Así podemos seguir compartiendo. Si prefieres seguir haciéndolo de forma anónima, gracias de todas formas.